Cuando aulló Bloqui
Me gustan las rutinas, me ayudan a vivir. Puedo tener mil charlas, sobre un montón de temas, pasar el rato de distintas maneras con distintas personas, pero de lo que me acuerdo, lo que me marca, son las cosas cotidianas. Saqué a pasear a Bloqui durante casi diez años, le di de comer y pasamos bocha de situaciones. Bloqui y yo fuimos pobres en estos años, vivimos en un departamento muy muy chiquito, con poca luz, en Chacarita, el departamento de Claudia. Bloqui era ansioso, le gustaba bailar con quien bailara cerca, no soportaba que no le prestaran atención, y siempre estuvo rodeado de gente. ¿Qué es el amor? Bloqui se llevaba muy mal con el resto de su especie, no podía con su ansiedad, así que era un peligro que saliera sin correa, creo que fue, la que tuve con él, mi más grande frustración. En una época corta lo sacaba a la madrugada a la plaza Mafalda, en un horario sin perros ni autos para que pudiera correr. Después tuve cada vez más trabajo de noche y eso se hizo imposible...